domingo, 24 de enero de 2010

Reporte de Viaje: Crucero por Brasil y Punta del Este (2 de 2)

Comenzando con algunas notas de color ilustrativas de la vida a bordo, nos encontrábamos frecuentemente con mensajes por altoparlante de la Directora del crucero, una mujer de cincuenta largos (yo opino que alrededor de 62 abriles) diciendo cosas como: "les mando 2 besos: mua, mua". Sos o te hacés? Si, cual directora de jardín de infantes. O también decía: "jueguen al bingo, porque el que no acierta... JA, JA, JA (lo decia como una bruja de cuentos infantiles), no gana". Y también tenía esta otra forma original de comenzar un aviso por altoparlante: "Miaaau!" En fin, una verdadera pelotuda de colección.
En el barco había mucha tripulación de diversos países: Indonesia, Honduras, Italia, España, Argentina y no me acuerdo más pero había de otros.
Una vez que descubrimos que en la cena podíamos pedir todos los platos que queríamos, nos desubicábamos comiendo hasta el propio menú. Conrado llego a pedir 7 platos juntos y en ocasiones hemos cenado 2 veces la misma noche para luego salir a cubierta a ver  la navegación y la estela de espuma que dejaba el barco en su camino por el... mar? océano?
Las excursiones eran MUY temprano y terminábamos todos planchados de tanto ajetreo. Si, la vida a bordo es agotadora... Jajjjajaaa!
Continuando con el programa diario:
Martes: Buzios. Llegamos por la mañana y fuimos en mini van a la Playa Joao Fernandez. Sobre el agua cristalina vimos pececitos que rodeaban nuestros pies y unos nos mordieron con sus mini dientitos filosos! Comimos una crepe en el famoso Chez Michou y para rematarla le di a un súper churro relleno de dulce de leche TIBIO. Pileta, jacuzzi y a descansar.




Miércoles: Rio de Janeiro. Excursión al Corcovado, una de las 7 maravillas del mundo moderno. 700 msnm. El Cristo tiene 38 m de altura y fue creado arriba mismo del morro. Paseamos por Ipanema y Copacabana. Fin de la excursión. Siesta total, cena y Fiesta White para despedir Rio en la pileta con show de baile y malabaristas.
Jueves: Ilha Bela (La Isla Bella). Mi excursión a la Isla Bella fue un verdadero curro. Arena y agua como la de mar del plata (sin olas) que no tendría nada de malo si no me hubieran prometido agua azul y arena blanca. Pero en fin...

Por la noche, a Bettina le corrieron las bebidas y ya no se pudo afanar nada más. (No les dije que Bettina es ABOGADA. Chorra y abogada eh! In-te-re-san-te, no? Una idola).

Viernes: navegación. Teatro con dos muchachos fornidos y  musculosos haciendo pruebas de fuerza levantando uno al otro sólo son las manos.
Luego una pareja nos obnubiló con un rato de baile aéreo y posturas bellísimas. Realmente sublime.




Finalmente Guillermo Guido arruinando canciones italianas con otra cantante pechugona que afinaba como los dioses. Para la  cena de gala me puse un vestido rojo y salí a conquistar el mundo. Esssssssssssa!!!! Bueno, ok, no conquisté nada pero salí con todo mi encanto a disfrutar de la fiestonga. Luego subimos todos a cubierta a seguir comiendo y vimos al planeta Júpiter en el cielo (?!) (N de la R: leyendo este reporte un par de años después, no sé de qué hablo. Estaría fumada?)
Me estaba por ir a dormir a las 2 am cuando quise ir a chusmear a la disco. Me enganché viendo cómo una treintañera le histeriqueaba a un muchiachio, meneándole el trasero, levantándose la falda de su vestido durante su baile sensual y haciéndole Osssssssoooo cuando él quería besarla. Hice seguimiento espía del gatienzo y su pretendiente, hasta que largo rato después el muchacho le robó un beso en el balcón, luego de varios intentos infructuosos. Una típica histérica que le da mala fama a nuestro género. Estoy segura que esa noche hubo transacción y con retribución masculina de compra de fotos del crucero que costaban la bicoca de usd 20 cada una (y había como 25 de cada pasajero). En criollo y acaso no se entendió, quiero decir que seguro esa noche el barco se movió tanto porque esos dos se revolcaron en un camarote y él le garpó los servicios otorgados comprándole a la chica alguna que otra foto del crucero donde ella aparecía.
Sábado: Punta del Este. Fuimos a dar una vuelta por el Conrad y por la Avenida Gorlero. Luego de un sabroso helado puntadelezco, paseamos por el puerto y el cansancio nos venció por completo y regresamos al barco. Mis pies no me permitieron mas joda así que me quedé descansando en mi camarote. El show de la noche ofreció The Best Of... que pese a la prohibición anunciada durante 9 días filmé y fotografié para deleite futuro. Especialmente filmé a los muchachos bonitos y raviolones. Perdón, me babeé.

Por la noche los chicos me cuentan que 'compraron' las fotos del mismo modo que Bettina 'compraba' las bebidas. Para no ser menos, yo intenté hacerlo solapadamente pero en cada intentona me tentaba de la risa y de miedo que me atrapara la fotógrafa que andaba controlando a los chorros del barco, todos argentinos, claro. Debo aceptar que con los años he perdido la valentía, el desparpajo y la caradurez y me he convertido en una adulta más con temor al papelón. Mi compañero de mesa, Sergio, aún tiene todo eso (cojones especialmente) y me robó mis 4 fotos de la noche de gala donde salgo divain, divain. Ka-chingggggg! 80 dólares de fotos... Genios Sergio y Silvana por hacer carpa!
 Y ahora, a bajar los kilos ganados durante el crucero!

martes, 19 de enero de 2010

Reporte de Viaje: Crucero por Brasil y Punta del Este (1 de 2)


Reportando do Brasil, paso a contarles acerca de la primera mitad del viaje en Crucero por Brasil y Punta del Este. Sori, gordi.

Para no desaprovechar ni un segundo de este crucerito en el que me emprendí Solari Yrigoyen, introduje rápidamente mi cuerpecito excedido de peso en la pileta ubicada en cubierta, que paradójicamente es des-cubierta. Para mi sorpresa, el agua de la pile es salada.

Numerosos los escupitajos que vi salir de boca de otros pasajeros ante la sorpresa general de la pile con sal. Una de muchas otras sorpresas de este crucero.
Esa primera noche me esperaría un primer encuentro con mi grupo de solteros, solitarios y con dignidad (lo digo por mí, claro). Una señorona de unos 60 años conversaba coloridamente con el coordinador del grupo. Más personas se acercaban! Qué bueno! Siiii!!! Bueno, no.
Solteros, solitarios y algunos gatienzos sin dignidad en busca de billetera masculina abultada y otras septuagenarias con demasiado colorete en sus mejillas. "Bueno, esto va a pasar". Allá apartados en una mesa vislumbro 3 personas de mi edad. Y yo sentada con las vejetas. No daba para cambiarse de mesa. Dado que el coordinador del encuentro no coordinaba el encuentro, me dirigí al teatro a ver mi primer show, previo esquivo de patético y doloroso intento de levante por parte de señor entrado en años (más de 60 y no bien llevados). "No sos mi target", le dije en otras palabras.  Si hubiera sido Sean Connery le daba sin dudarlo.

Por la noche, teatro: baile brasilero, china malabarista, tango aéreo de vistosos trajes y cortinados rojo y negro. Muy bien!!! Clap, clap, clap.

Luego... Clase de salsa! Si! No sólo me limité a mirar, como siempre hago, sino que también bailé! OOhhhh!!! Ok, lo confieso: me costó mucho coordinar "izquierda adelante, derecha atrás, movimiento de cadera, aplauso adelante, bracitos atrás". Too much y yo vengo de una familia sin gracia bailarina y con 10% de facultad de coordinación.

Mi mesa de cena me encontró con los 3 chicos de mi edad que había visto en el cocktail de solterones (Bettina, Conrado y Walter), otra pareja joven, otro soltero cincuentón y... el viejo que me quiso levantar y que desubicadamente me robó un beso en un pasillo... En la mejilla, eh!!! (El viejo baboso se ve claramente en esta foto, obvio que es el primero de la izquieda).

Sábado: desayuno salvaje. 9:29 am cerraron las puertas del desayuno asistido por mozos. Alternativa restante: desayuno bufette con largas filas para tomar café (o jugo de paraguas) salido de termos comunitarios... A mi vieja le hubiera dado un soponcio y habría abandonado el crucero ipso facto. Nos esperaban medialunas de sospechosa consistencia y sabor y toda clase de alimentos típicos de la obesidad norteamericana: huevos revueltos, panceta, salchichitas, etc.
Le di a los huevos con panceta. La judeidad aún no caló en mi. Soy una judía lamentable. A falta de mesa bajo techo, "Contra Viento y Marea" desayuné en cubierta (a cielo abierto) y con la voladura de mis chapas al viento.  

Nublado y con lluvia, aún así mis amigas septuagenarias no me llamaban tanto la atención como compañía así que me fui a dormir de nuevo. La noche de gala nos encontró sacándonos fotos con el capitán del barco. Las fotos que costaban usd 20 me reencontraron con mi religión e identidad judaica.
Por la noche en la cena Bettina se afana bebidas.
Domingo: lluvia. Tarde en cubierta con los chicos. Por la noche, truco grupal en el que nos ganaron vilmente. El show del Teatro me encontró babeándome viendo a los muchachos y sus tablas de planchar y ravioles marcados en sus deliciosos abdómenes. Un show aéreo al mejor estilo Fuerza Bruta. Lo primero verdaderamente "rico" del crucero =D
Por la noche en la cena Bettina vuelve a afanar bebidas.
Breve y suave vaivén del barco invitó a algunos pasajeros a una interesante descompostura caracterizada por pálidos rostros y andar dudoso.

Lunes: excursión Ilha Grande: viaje en escuna a Laguna azul. La importante vianda que nos envío el crucero constó de sánguche de salchichón (sí, así de grassamente escrito)... Snorkeleando entre 2 islas de corales coloridos y agua cristalina, observé peces plateados, y negros con rayas amarillas. Ya en la Playa Yaparish (o algo así), le entré a un imponente plato de langostinos al ajillo (camarao alho olho) en el restó Recanto da Praia. Los pelé uno por uno con las manos, como si estuviera comiendo cangrejo. De vuelta al crucero, me metí en la pile y jacuzzi y luego lagarteé en cubierta.

Realmente vivo una mala vida...

 (Pasate por este link y leé la segunda parte de este viaje)