sábado, 4 de agosto de 2012

¿Ciudad Paranoica o Paranoica en la Ciudad?

Más y más de mis fobias…
Aunque esta nota suene a mala onda, hay una cuota de humor en las situaciones que a diario padecemos los que vivimos en las grandes ciudades donde la “sensación de inseguridad” es una realidad concreta. Y si yo puedo reirme de mis propias desgracias, ¡vos también!
Escena #1- La persecuta: Estoy en mi departamentito. Suena el timbre. Desde el portero eléctrico  se anuncia mi madre. Unos pisos después toca el timbre a mi puerta. Y yo acostumbrada a estar con el culo en la mano por miedo a los chorros, miro por la mirilla. ¿Soy o me hago? Pero más importante que esa pregunta, es: si veo a mi vieja encañonada por un extraño, ¿le abro la puerta? Realmente me da miedo mi propia respuesta.
Escena #2- La persecuta 2: Todo extraño que camina por la calle, en el supermercado, colectivo, subte, restaurant y etcétera, es un potencial asesino, violador, ladrón o secuestrador para trata de blancas. No es joda. No exagero. A todos los miro con cara de pocos amigos. Todos son unos soretes delincuentes que solo están allí para cagarme la vida y mi paz. ¡Vos también! ¿Me preguntás la hora en la calle? ¡Andate a la mierda, chorro asesino! ¿Una señora de 95 años desdentada me pide un peso para el bondi? ¡Váyase a cagar, robadora de órganos! En esta ciudad un nenito de 5 años puede tener una sevillana en el bolsillo mientras te hace el entre pidiéndote que le compres una Cindor. ¡Estos pibitos son Billy The kid
Escena #3- Facilitando el delito: Otra cosa que trajo la tecnología, a la que ya saben repudio con todo mi ser, es la distracción vía mensaje de texto, feibu y twitter. No sólo ostentamos nuestros Smartphones en la calle y medios de transporte sino que además nos exponemos a un secuestro express por estar boludeando con un mensajito de texto: “Llego a ksa y t parto como a 1 keso” ¡y ñácate! En medio segundo estás adentro de una combi blanca con destino a un prostíbulo en Salta, vestida con portaligas de encaje rojo. Y no creas que por ser varón no te puede pasar.
Escena #4- Los pendejos presos: yo salgo a pasear con mi sobrina y la paso para el ojete. Es la verdad. Estoy todo el tiempo mirando para todos los costados, por miedo a que me la roben. La plaza es un espacio absolutamente propicio para que te secuestren al pibe. Ni hablar del shopping un domingo a las 4 de la tarde en plenas vacaciones de invierno. Yo la llevo con correa de perro. Falta que le cuelgue la chapita con el nombre y mis datos para su devolución, y se convierte en mi mascota perfecta. En la calle me miran con cara de culo, como si fuera una tía maltratadora, pero a mí no me roban a la nena. ¿Tenés un problema con esto? Llamá al 0800-CHUPALA. Te atiende Candela.
Escena #5- Infelices serán mis hijos: yo pienso que la edad apropiada para dejar que mis futuros hijos caminen solos por la calle, es 25. Sí, es que hoy día tener hijos en esta ciudad es autocondenarse a una cadena perpetua de 25 años de llevarlos y traerlos a todas partes. “No recibas golosinas de extraños”, “no hables con desconocidos”, “no me sueltes la mano al cruzar”, “no mires a ese señor a los ojos”, etc. O sea... no pueden viajar en bondi ni en remisse, mucho menos ir solos en bici al colegio porque hay extraños en todas partes. Y ni te digo lo que me cuesta pensar en dejar a mis futuros pibes con una maestra, porque en definitiva, es una perfecta extraña que puede desaparecer con ellos en un santiamén. Es muy probable que mis hijos estudien en mi casa conmigo.
Escena #6- Seductor con terceras intenciones: un mushasho me mira, sé que tiene segundas intenciones  y eso quiero! Le sigo el juego, miradita va, sacudidita de pelo viene, me trae un trago, lo acepto, charlamos, chapamos y me dice de ir a su casa… me siento medio pelotuda pero pienso que es el éxtasis de conseguir un tipo que por fin me dé bola. E inmediatamente me espabilo y pienso "este tipo me puso una droga en el trago y mañana puedo despertarme en su bañera con un riñón menos". Por eso estoy soltera, lo sé. Pero es que todo hoy es un peligro, y más si siempre tu idische mame te advierte por teléfono de las nuevas prácticas delincuentes producto de un levante mal hecho. Ésta es una ciudad de locos y todo puede ocurrir. Mejor me hago monja, que sin dudas en el convento encuentro sexo seguro con el curita.
Escena #7- Los temores que transmite el feibuk:
  • No te sientes en el cine porque los chorros dejan agujas infectadas con hiv. Ok, compro la entrada y me siento en la escalera con mis anteojos 3D y el balde de pochoclo. Super normal.
  • No aceptes volantes de la calle porque contienen sustancias venenosas que al contacto con tu piel, te dejan inconsciente y te despertás en China.
  • No viajes en subte porque un extraño tocó a una chica con sustancia que provoca desmayos y se hizo pasar por su novio y la secuestró (ésta en realidad me la transmitió mi hermana-actual idische mame de sus hijos).
  • No lleves la basura al container porque un chorro sale de adentro y te roba las zapatillas.
  • No vayas a la facultad de psicología porque allí secuestran mujeres para prostituirlas.
  • No le abras al chabón del delivery de pizza porque entra a tu casa y te empoma.
  • No tengas sexo con extraños porque pinchan el forro en el baño y te embarazan de prepo y andá saber qué sputza te contagian.
De todo esto, concluyo: no hay que usar celulares-ni tener hijos-ni salir a trabajar-ni pedir delivery-ni ir al cine-ni sacar la basura-ni estudiar-ni levantarte un tipo en la calle-ni tener sexo casual. ¡Me cago en la Gran Ciudad!

PD: La escena #6 es absolutamente ficticia.



10 comentarios:

  1. Me encantan los artículos, cómo me hacés reir!!!

    ResponderEliminar
  2. Felicitaciones. No sé si será porque me siento identificado con el 99% de tu escrito, pero es lo mejor que te leí hasta ahora. Muy gracioso, divertido y redondito. De todas maneras, como doctor en paranoia, creo que podrías ser más cuidadosa cuando salís a pasear con tu sobrina. La correa no está mal pero una caja de metal electrificada es una opción más segura (no te olvides de dejarle alguna rendija abierta para respirar).

    ResponderEliminar
  3. Buenísimo Jess!!!! Esta vez te superaste,muy divertido...y lastimosamente real!

    ResponderEliminar
  4. Ah! Espero que hayas notado mi no alución a la escena #1 eh?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Le tengo miedo a eso... no sabés cuánto... y sabés cuántas veces lo pensé

      Eliminar
  5. Boia te pasas !!!! me haces reir enserio

    ResponderEliminar
  6. Hasta ahora, el mas gracioso de los articulos q escribiste.
    Me pregunto q % de las cosas q pusiste TE PASAN Y LAS SENTIS DE VERDAD...jaja.

    ResponderEliminar
  7. Me encanto!! Jajajajaja quien habrá dicho lo del 0800? Nahh, una genialidad este post, doy fe que es así... Jajajaja

    ResponderEliminar
  8. me moriiiiiiiiiii de la risa jajajaja yo me siento un 70% identificada, pero para todos los lectores, debo agregar una escena #8, en la que ésta escritora se olvida de los items anteriores cuando está en compañía. Hace unos días veniamos de nochecita caminando por el Barrio de Flores, y muchos personajes sospechosos iban apareciendo en el camino,y de hecho eras un blanco taaaan facil, pero la señorita no se daba cuenta porque estaba charlando muy alegremente... ! asi que hay al menos un 1% de pensamientos que tenés, que no son catastróficos :)

    ResponderEliminar