Esta nota fue publicada en el Diario Olé, aquí.
25 de Marzo de 2012. Partido Boca-Lanús en la Bombonera.
Con tufo a porro mezclado con chori me recibieron los alrededores de la Bombonera. Las panzas de los fans asomaban por debajo de sus camisetas azul y oro. Ésta fue la primera imagen de mi primera vez en la cancha de Boca. Confieso que entré con cagazo, la vista no era lo que diríamos cordial pero le puse pecho – cosa que no me falta – a la situación y me adentré al lugar. Con mi credencial de Periodista del Diario Olé me sentía todopoderosa, cual Mujer Maravilla, y ya no me importaba nada.
La Bombonera desde la entrada |
Stornelli en la rueda de prensa |
Luego nos encontramos con nuestros asientos privilegiados del Sector Prensa. Y allí estaba ella: sentí que San Pedro había abierto sus puertas de par en par para mí. Soberbia e imponente me miraba la Bombonera como diciendo: "vos, minita insignificante, no existís". Los más de 200 faroles iluminaban la cancha y la hacían parecer más enorme y magnánima todavía.
Blindex de por medio estaba la barrabrava de la 12: banderas azul y oro envolvían el sector de pies a cabeza y la muchachada cantaba al unísono "No me importa lo que digan, lo que digan los demás, yo te sigo a todas partes, cada vez te quiero más". Se movían al ritmo de la batucada, agitando sus brazos como si estuvieran bailando cuartetos de Rodrigo, dignos de una coreografía de Bailando por un Sueño. Les faltaba el tutú y las lentejuelas...
Al rato entraron las minitas en pelotas. "Son Las Boquitas", me explicó Ariel. Meneando sus caderas y sacudiendo sus porras, listas para la ocasión de convertirse en botineras, las muchachas vestían escuetas bikinis para el deleite de la muchachada calentona. ¿Y para cuándo los strippers para nosotras? ¡Esta cancha discrimina, loco!
Salió el plantel de Boca y el cielo explotó con papelitos de color azul y oro. La hinchada enloqueció. Los cantos de apoyo, los bombos y los platillos vibraron junto a las gradas. Y mi piso se movió. Wow... ¡Esa es la pasión de la que tanto me hablaban! ¡Existe, carajo, es real!
Y el partido comenzó.
- ¿Dónde mierda la tiene que meter Boca? - le pregunté a Ariel.
- ¿Es un personaje el que estás haciendo o de verdad no sabés? - me respondió.
O sea... ¿por qué mierda debería saberlo yo? ¿Acaso hay un cartel informativo y me lo perdí? Para no parecer más pelotuda de lo que en realidad ya soy, me calcé mi walkman del año 1985 y me puse a escuchar el partido. No sé si para gastarme o qué pero mi compañero me preguntó:
- ¿Sabés que juegan 11 de cada equipo, no? - Claro, soy minita pero no idiota.
En un momento de aburrimiento (porque hay que decirlo: al principio este partido no tenía mucha onda que digamos) me puse a jugar con mi camarita de fotos, tratando de sacar una fotito a los jugadores mientras los apretaba con mis deditos. Detrás de mí, un Seguridad capanga me miraba con complicidad esbozando una sonrisa. "Mina tenía que ser" habrá pensado. Sí, ¿y qué? Ustedes se divierten con 22 chabones persiguiendo una pelota, así que mejor no hablemos del tema.
A todo esto, me picaba el bagre. Aproveché el entretiempo y me fui a comprar una hamburguesa. El triste sánguche con no más que pan y carne costaba 15 mangos. Con las mismas manos roñosas que recibía el dinero, el señor me entregó mi alimento. Y yo, que siempre ando con alcohol en gel en la mochila; yo, que al salir del subte y al llegar a cualquier lugar me lavo las manos indefectiblemente, me engullí la hamburguesa como si fuera La Última Cena. ¡Y estaba como la puta madre!
Mouche metió el primer Gol para Boca y Marchesin quedó solito, triste y desamparado, y me dieron ganas de consolarlo, ponerlo sobre mi pecho y decirle que todo estaría bien. Pero a los dos minutos, Riquelme lo hizo mierda con otro gol y mi instinto maternal se fue al carajo. Dos goles en cinco minutos, no hay mina que te banque, viejo. Y con cada Gol de Boca, yo festejé. Yo, que no soy bostera. Yo, que estaba allí como mera observadora. Yo festejé. ¿Qué poder que ejerce Boca sobre mí? Tendré que averiguarlo.
PD: Al terminar volvimos a Vestuarios y vimos a Falcioni, DT de Boca, con su interesante cara de ojete. Pero eso es lo menos importante de esta nota.
Cómo todas las entradas, simplemente genial!!!
ResponderEliminarCual Mujer Maravilla groupie de Stornelli.
ResponderEliminarMi unica critica es no haber mencionado al rival de boquita con nombre y apellido: El Glorioso Club Atletico Lanus. VAMOOOO EL GRANA CARAJOOOOOOO
Muy buen relato,me alegro que hayas percibido esa sensación de estar en una cancha donde la gente expone todo su sentimiento (La de cualquier equipo ) creo que ahí en esos escenarios muchos descargan todos sus pesares y sentimientos.Ojala que sigas teniendo otras oportunidades para seguir creciendo.Felicitaciones por haber superado las 12000 visitas en tan poco tiempo.
ResponderEliminarQue buen punto de vista!!! a mi que no me gusta el futbol, me mantuviste expectante hasta el final de la nota. Te felicito!!!!
ResponderEliminarTe quiero mucho y que este sea el primero de muchos éxitos como escritora.
genial, genial, genial!!!
ResponderEliminarJAJAJAJA es buenísimo! por cierto, yo también apretaba a los jugadores entre mis dedos a la distancia xD genial Jess!
ResponderEliminarInteresante el modo de relatar un partido,interesante,digo,para nosotras,las minas,a las que poco nos interesa el resultado final.Buenisimo!!!!!!!! Espero otros!!!!
ResponderEliminarSe te olvidó mencionar el tema de los parlantes y las banderas negras en las tribunas jajajajajaja
ResponderEliminarAh me olvidaba...buen relato de un partido de fútbol desde la óptica de una mina...interesante...seguí así y que tengás éxitos
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