miércoles, 8 de febrero de 2012

Mi Segunda Vez con un Gerente

Ayer fue el día de internación de Gerente en Hospital Austral. Lo obligué a ir en el asiento de adelante del Remise para evitar el vómito innecesario y yo me acosté atrás y me clavé una siestita mañanera de una hora. Fuimos a Admisión, nos registramos y bla bla bla.
Gerente entró con su camisolín al sector Pre Quirúrgico mientras yo traducía las preguntas de la enfermera. "Ojo con el camisolín, que se abre y se le puede ver el trasero", le había dicho el día anterior (el que avisa, no traiciona). De costadito, me oculté tras la columna para no verlo en bolas, aunque le veía las patitas desnudas. Sus piecitos envueltos en plástico se movían mientras él respondía. Al rato entró a quirófano.
Ahora que redacto esta anécdota y recuerdo otros momentos de la aventura con Gerente, me reconozco un poco marmota, porque me clavé otra siestita mientras esperaba que saliera. Poco me importaron las otras personas que no tenían dónde sentarse, yo tenía sueño y estaba re podrida de esperar, así que un rato me dormí y otro rato me hice la dormida con tal de no moverme. Cuatro horas después, lo encuentro en su habitación. "Hellooooo..." le digo. Y ahí estaba él, tendido en la cama inmóvil. Mientras le preguntaba cómo se sentía se me vino a la cabeza que debajo de la sábana estaba completamente en bolas y cuán vulnerable era su situación.
Partí hacia mi hogar y al día siguiente, otra vez la misma historia. Llegué a la habitación a las 9.15 de la mañana y ahí estaba ÉL, brillante e imponente, junto a la bandeja de cama, mirándome. No me refiero a Gerente, sino al Papagayo. ¿Era necesario tener el papagayo ahí haciendo contacto visual directo conmigo? "Disculpame por el Papagayo", me dice Gerente. "Es sólo pis" atiné a decir. Pero no, realmente no era solo pis. Era SU pis y además era la imagen de Gerente haciendo pis en el Papagayo, una imagen que no podré borrarme del cerebro por un buen tiempo.
El Remise nos estaba esperando para irnos. Gerente se movilizaba cual robot y con dificultad se introdujo en el auto mientras se sostenía del borde con su mano sana. Sí, casi le cierro la puerta sobre los 5 dedos de su mano derecha. Y le digo: "Usted se busca los problemas, eh".
N de la R: La foto es ilustrativa pero la de Gerente tiene un tornillo más.


2 comentarios:

  1. jajajaaa... pobre gerente con sus pises al aire!!! que edad tiene gerente???

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  2. yo quisiera saber el despues de tanta intimidad.. en la oficina obvio.
    Joyas Rusticas

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