El fantasma de La Señora habita en mi casa.
Desde que me abandonó, mi vida ya no es la misma: lavo la ropa, la plancho, limpio mi casa, me arrodillo ante el inodoro, vacío alacenas llenas de fideos de hace 4 años, aspiro la alfombra, paso el trapo... Si bien es bueno el ejercicio, siento que La Señora me envía mensajes desde el más allá (más allá de mi casa, nomás).
Ayer por la mañana me quedé dormida así que a las apuradas me hice mi café con leche (lágrima, en realidad) y me fui hacia mi habitación para vestirme mientras de a sorbos bebía mi cafecito. Hace 9 años que hago esto, siempre muy smoothly, sin inconvenientes. Pero claro, ahora La Señora se está vengando de mí a la distancia y ausencia, así que se me fue la taza a la mierda. Leche por doquier: mi nuevo cubresommier con vainillitas, blanco impoluto era... mi mantita eléctrica para los dolores de cuello, ahora cuando la enciendo huele a leche podrida y se me queda pegada en la nuca... mis sábanas nuevas... todo lleno de leche... el interior del cajón inundado...
Y la Venganza fue compuesta: es decir, no sólo se me enchastró el hogar sino que se me duplicó la cantidad de horas de planchado.
Perdón, Señora, perdón... le voy a mandar una encomienda con Mortimers!